viernes, 18 de junio de 2010

El regalo del brahmán






Confianza

Para reflexionar

El regalo del brahmán

Existió en la India, hace tal vez miles de años, un maestro llamado Mitra Sharma. Compartía sus enseñanzas y experiencias con todas las personas que se acercaban a él para pedirle consejos. Sin embargo, su mayor problema era que no tenía suficiente confianza en sí mismo y era muy fácil que los otros le hicieran dudar. En una ocasión prestó un importante servicio a un hombre rico y poderoso que, como recompensa, le regaló una graciosa cabrita. Mitra estaba feliz por el obsequio, cargó al animal sobre los hombros y se encaminó a casa.


Tres astutos pillos que se hallaban por allí decidieron quitarle la cabra. “Como nunca confía en sí mismo, será muy fácil lograrlo”, aseguraron y pensaron en un plan para apoderarse de ella mediante engaños. El grupo de pillos se separó y cada uno se escondió en tres puntos diferentes del camino que iba a recorrer el brahmán.

Minutos después, cuando el brahmán llegó hasta una zona apartada, uno de los pillos le salió al paso y le preguntó:
—Señor ¿qué está haciendo? Me parece increíble que un hombre inteligente como usted lleve cargado un perro sobre los hombros.
—¡No es un perro, es una cabra! —le contestó muy enojado el brahmán.
—Disculpe, señor, a mí me parece que es un perro, pero allá usted… —añadió el pillo y se fue.

Molesto por el incidente, el brahmán siguió caminando. Minutos después lo sorprendió otro de los rufianes y le dijo:
—Señor, ¿cómo es posible que vaya cargando un becerro muerto?
—¡No es un becerro, es una cabra! —gritó el maestro.
—Disculpe, pero para mí está claro que es una cabra —dijo el pillo antes de alejarse— pero allá usted…
Más enojado todavía, el brahmán continuó avanzando por su camino.
No había avanzado ni doscientos metros cuando el tercer malviviente salió desde su escondite entre los arbustos y le habló:
—Maestro Mitra, yo siempre he creído que usted es un sabio, a todos nos ha enriquecido con sus conocimientos y su ejemplo. Por eso me parece muy pero muy raro que vaya usted cargando a ese burro. ¿Para qué lo necesita? ¿Se siente usted bien?
¡Caramba! No es un burro, es una cabra —le dijo Mitra enfurecido.

El tercer pícaro se alejó y el maestro se quedó pensando muy preocupado: “¿Qué es en realidad esto que voy cargando? Un hombre me dijo que era un perro; otro, que era un becerro; y uno más, que era un burro. Qué se me hace que en verdad no es una cabra, sino un fantasma que cambia de apariencia a su gusto… Puede ser muy peligroso andar con una criatura así. Mejor voy a deshacerme de ella”.


Asustado, lleno de dudas y desconfiado, se quitó de los hombros a la cabra. Estaba tan atemorizado que salió huyendo del lugar. Los pillos, que lo habían ido siguiendo, se acercaron rápidamente y se apoderaron del animalillo. Muertos de la risa se alejaron llevándolo como trofeo. Uno de ellos dijo:
—¿Ya ven qué fácil es engañar a las personas que no saben confiar en sí mismas? Con todo y su sabiduría, ese maestro es un bobo.
Cuando menos lo esperaban, la pequeña cabra tomó la palabra:
—Pues yo no confío para nada en ustedes, pero sí confío en el poder de mis patas— les avisó y, tras decir esto, se alejó corriendo a gran velocidad, se subió a un peñasco donde los pillos ya no pudieron atraparla y regresó feliz a su viejo rebaño.

—Adaptación de un relato del Panchatantra

Para reflexionar

  • ¿Cuál era el principal problema del brahmán?

  • ¿Cómo aprovecharon los pillos ese problema?

  • ¿Qué sorpresa se llevaron los pillos por confiar demasiado en su propia astucia?

  • ¿Qué es mejor? ¿No confiar nada en uno mismo o confiar demasiado?


Fuente: www.valores.com.mx


No hay comentarios:

Publicar un comentario